Secuelas del apagón nacional de Venezuela en los niños con autismo
La
especialista en Trastornos del Desarrollo Rusdeiba Agelvis habla del
impacto de los más recientes acontecimientos, a propósito del Día
Mundial de Concienciación sobre el Autismo que se celebra el 2 de abril.
El
corte de luz eléctrica que se produjo de manera inesperada en todo el
territorio venezolano desde el 7 de marzo de 2019 y se prolongó por, al
menos, los siete días siguientes, afectó de manera especial a los niños
con autismo. Rusdeiba Agelvis, Directora del Centro Terapias del
Desarrollo, enumera algunas de las consecuencias que pasaron
desapercibidas por la población general, pero que causaron caos en las
familias que tienen en sus integrantes a estos pequeños:
- Los niños con Desorden del Procesamiento Sensorial, específicamente los hipersensibles táctiles, presentaron alteraciones de conducta porque no pudieron tener sus rutinas de baño a las horas estipuladas.
- La rigidez de pensamiento de los niños con autismo no les permitió entender por qué si había luz solar no podían ir al colegio. Esto les produjo baja tolerancia al cambio de rutina.
- La poca productividad de esos días no permitió que los padres pudieran comprar los reforzadores comestibles en los locales especializados, que permanecieron cerrados. Esto incrementó severamente las estereotipias, que son los movimientos que realizan estos niños sin un fin determinado, como las autocaricias, el cruzado y descruzado de las piernas, el balanceo del cuerpo o la marcha en el sitio.
- Los niños con autismo necesitan una recompensa luego de realizar todas sus actividades diarias y estas generalmente son programas interactivos especiales para ellos, instalados en dispositivos electrónicos que no tenían carga. Sus memorias procedimentales son excesivamente rígidas, por lo que solicitan su recompensa los mismos días y horas sin entender por qué no pueden jugar. Esto detonó largas crisis conductuales.
- Otra población asocia la oscuridad con hora de dormir, muchos con temores por películas u otros eventos asociados y ha generado que los niños entren en un estado hiper-alerta, cuando se apagan las luces de manera inesperada, lo que genera un proceso innecesario de ansiedad y trastorno del sueño por la oscuridad a deshoras.
- Quienes se encuentra en proceso de control de esfínteres y ya han regularizado el no usar pañales, tuvieron que volver a ellos al no tener agua. Los niños con autismo se confunden con el doble mensaje y retrasan el aprendizaje logrado.
- El sistema vestibular, que controla el movimiento del cuerpo, tuvo muchos desajustes. Quienes viven en pisos altos, no pudieron salir, ya que muchas de las rejas eléctricas permanecieron abiertas y los niños con autismo tienden a correr para liberar el alto nivel de actividad o buscar escapes de sus hogares. Esto ha hecho que permanezcan en estado de alerta.
El autismo es un trastorno neurológico que aparece durante los tres primeros años de vida del niño, donde existen grandes desviaciones en la velocidad y secuencia del desarrollo. Sus principales síntomas son la alteración en el proceso de la interacción social, palabras aisladas durante el primer año e intención comunicativa escasa.
En Venezuela, uno de cada 49 niños nace con autismo según el estudio “Trastornos del Espectro Autista” de la Universidad Monteávila. El niño con autismo se caracteriza por ser rutinario, presentar conductas repetitivas e intereses restringidos. En el Centro Terapias del Desarrollo se dedican a atender niños con autismo a través de un equipo multidisciplinario que centra sus tratamientos en el método Tomatis.
El 2 de abril de cada año se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, de acuerdo con la Asamblea General de las Naciones Unidas, quienes promueven la comprensión de personas que padecen la condición y además hacen un llamado a la acción. NP/@tomatiscaracas
EA
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- Los niños con Desorden del Procesamiento Sensorial, específicamente los hipersensibles táctiles, presentaron alteraciones de conducta porque no pudieron tener sus rutinas de baño a las horas estipuladas.
- La rigidez de pensamiento de los niños con autismo no les permitió entender por qué si había luz solar no podían ir al colegio. Esto les produjo baja tolerancia al cambio de rutina.
- La poca productividad de esos días no permitió que los padres pudieran comprar los reforzadores comestibles en los locales especializados, que permanecieron cerrados. Esto incrementó severamente las estereotipias, que son los movimientos que realizan estos niños sin un fin determinado, como las autocaricias, el cruzado y descruzado de las piernas, el balanceo del cuerpo o la marcha en el sitio.
- Los niños con autismo necesitan una recompensa luego de realizar todas sus actividades diarias y estas generalmente son programas interactivos especiales para ellos, instalados en dispositivos electrónicos que no tenían carga. Sus memorias procedimentales son excesivamente rígidas, por lo que solicitan su recompensa los mismos días y horas sin entender por qué no pueden jugar. Esto detonó largas crisis conductuales.
- Otra población asocia la oscuridad con hora de dormir, muchos con temores por películas u otros eventos asociados y ha generado que los niños entren en un estado hiper-alerta, cuando se apagan las luces de manera inesperada, lo que genera un proceso innecesario de ansiedad y trastorno del sueño por la oscuridad a deshoras.
- Quienes se encuentra en proceso de control de esfínteres y ya han regularizado el no usar pañales, tuvieron que volver a ellos al no tener agua. Los niños con autismo se confunden con el doble mensaje y retrasan el aprendizaje logrado.
- El sistema vestibular, que controla el movimiento del cuerpo, tuvo muchos desajustes. Quienes viven en pisos altos, no pudieron salir, ya que muchas de las rejas eléctricas permanecieron abiertas y los niños con autismo tienden a correr para liberar el alto nivel de actividad o buscar escapes de sus hogares. Esto ha hecho que permanezcan en estado de alerta.
El autismo es un trastorno neurológico que aparece durante los tres primeros años de vida del niño, donde existen grandes desviaciones en la velocidad y secuencia del desarrollo. Sus principales síntomas son la alteración en el proceso de la interacción social, palabras aisladas durante el primer año e intención comunicativa escasa.
En Venezuela, uno de cada 49 niños nace con autismo según el estudio “Trastornos del Espectro Autista” de la Universidad Monteávila. El niño con autismo se caracteriza por ser rutinario, presentar conductas repetitivas e intereses restringidos. En el Centro Terapias del Desarrollo se dedican a atender niños con autismo a través de un equipo multidisciplinario que centra sus tratamientos en el método Tomatis.
El 2 de abril de cada año se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, de acuerdo con la Asamblea General de las Naciones Unidas, quienes promueven la comprensión de personas que padecen la condición y además hacen un llamado a la acción. NP/@tomatiscaracas
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