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En el libro “Nacido en un día azul”, el autor Daniel Tammet relata cómo su percepción de números como colores le permitió recordar pi al dígito 22514. Tammet y otros creen que esta habilidad para entremezclar diferentes aspectos de la percepción puede acontecer por ciertos dones y talentos en personas con autismo. En efecto las personas con esta capacidad ven al mundo a través de un lente diferente a los utilizados por el resto de la población.
Al uno ver un objeto, conjuntos neuronales (es decir, grupos de células en el cerebro) del cerebro codifican su forma, mientras que otros conjuntos codifican distintos aspectos de la misma percepción (por ejemplo, el color y el movimiento). Toda esta información se suma para formar una sola experiencia. A modo de ejemplo, el olfato y el gusto por lo general trabajan en conjunto con el fin de proporcionar una experiencia gastronómica satisfactoria. Algunas personas después de haber perdido el sentido del olfato cambian sus hábitos alimenticios porque en última instancia la comida se vuelve menos agradable.
La capacidad para reunir diferentes aspectos de la percepción permite su sinergia y la expresión de aspectos emergentes de la cognición. Para algunas personas diferentes aspectos sensoriales no se suman sino que se reemplazan los unos por otros. En estos casos los sabores se perciben como sonidos y los números vienen con colores. Este fenómeno se llama sinestesia. Aunque el fenómeno de sinestesia es muy interesante y se conoce desde hace mucho tiempo, el tema no ha atraído tanta investigación como la que se merece. Uno de los primeros trabajos sobre el tema se remonta a la época de Sir Francis Galton (primo de Darwin) que escribió un artículo titulado “Visualizado Números” en el 1880.
Hay diferentes tipos de sinestesias. Una persona puede adquirir el fenómeno de sinestesia al perder uno de sus sentidos (por ejemplo, luego de un accidente de tráfico o un accidente cerebrovascular). Este hecho sugiere que la sinestesia puede ser adquirida al reforzar vías neuroanatómicas latentes. En este sentido personas que se han quedado ciegas pueden ver destellos de luz mientras oyen música. Los investigadores que han examinado estos individuos han demostrado que su corteza occipital (por lo general la región del cerebro se utiliza para ver) está siendo activada cuando se escucha música. Otra posible explicación es que las propias modalidades sensoriales se asocian normalmente a un nivel básico durante el desarrollo. Cuando un niño utiliza letras imantadas de diferentes colores para aprender a leer, la actividad puede proporcionar la asociación entre el color y las letras. Algunas personas pueden ser mejores en establecer estas conexiones y retener las mismas.
La sinestesia puede ser 3 veces más común en los trastornos del espectro del autismo que en neurotipicos. La alta prevalencia de la sinestesia en el autismo puede ser un reflejo de los cambios en la conectividad evidenciadas en la sustancia blanca del cerebro. Sin embargo, contrariamente a lo que se ve en el autismo, la sinestesia es más común en mujeres (8X) que en hombres. También es más común entre los individuos zurdos. El examen físico y neurológico de personas con sinestesia no revela hallazgos adicionales. Muchos artistas famosos han tenido sinestesia o han utilizado este dispositivo en su expresión artística.

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