El Asperger ha muerto, ¡Viva el Asperger!
El Síndrome de Asperger como entidad diagnóstica desapareció, al igual que previamente desapareció también el Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD).
Los cambios en los modelos diagnósticos se han centrado en aglutinar un gran número de factores diversos a una sola entidad diagnóstica, el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), el cual se ha convertido en un conjunto bastante amplio de cosas de forma que casi cualquier cosa entra ya en el TEA.
Ya en su día se creó el Desorden de la Comunicación Social (SCD por sus siglas en inglés “social communication disorder”) que se suponía era una especie de TGD, pero esto finalmente no fue así, es raro que a alguien le diagnostiquen un desorden de la comunicación social.
Pero bueno, la reflexión es otra, ¿ha sido bueno o malo la desaparición del Síndrome de Asperger como entidad diagnóstica?
Inicialmente yo pensaba que era algo realmente malo, nefasto, ya que las necesidades de alguien con asperger solían alejarse bastante de las de alguien con autismo, las diferencias entre autismo y asperger eran evidentes. Englobar todo bajo un mismo paraguas no parecía ser buena idea.
Hoy creo que no, pienso que es genial, fue un acierto. No creo que fuera un acierto por el tema de meter todo en un mismo saco, eso sigue siendo un error, pero creo que fue un acierto porque ahora NADIE puede diagnosticar el Asperger, de forma que nadie puede ser Asperger por efecto de un diagnóstico clínico emitido generalmente por un profesional ligado a la salud mental. Recuerden que tanto en el DSM como en el CIE hablamos de salud mental.
Yo ahora sí me sentiría confortable autodenominándome Aspie, ya que no es un diagnóstico, es una forma de ser, una identidad social. No necesito de ningún psiquiatra o psicólogo o similar que me diagnostique.
En 1973, más en concreto el día 15 de septiembre, los miembros del Consejo de Administración de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría votaron por mayoría retirar a la homosexualidad el estatus de enfermedad que aparecía hasta la fecha en el DSM. Algo que era una total aberración y que afortunadamente desapareció. Que ¡ojo! fue hace 48 años, que no es tanto tiempo.
Quizá se pueda pensar que el paralelismo es una exageración, que no tiene nada que ver una cosa con la otra, y quizá sea cierto, pero, y en el pero está siempre el matiz, sí hay una similitud en el estigma que se provoca.
La gran mayoría de la gente tiene muy claro a qué asocia el autismo, y es, en general, un cuadro con mayor severidad, a personas con altas necesidades de apoyo. Que esa percepción social sea cierta o no, eso es harina de otro costal. De la misma forma que sigue habiendo gente que cree que la homosexualidad es una aberración, algún tipo de castigo divino, ya saben, la estupidez es infinita.
Y ahora entro en la parte más reflexiva de todo esto, a ver si soy capaz de enfocarlo correctamente. Aunque bueno, ya saben, yo soy responsable de lo que yo escribo, no de lo que ustedes entiendan. Lamentablemente no soy Cervantes, haré lo que pueda.
Bien, yo decía que me sentiría mejor denominándome Aspie que Autista, creo que es obvio el porqué, porque para ser Aspie no necesito que nadie me diagnostique de nada, es cuestión de sentirse identificado, de entender que encajas en ese modelo de pensamiento. Es como decir, soy gótico, no necesito que nadie me diagnostique, sencillamente es algo con lo que me siento identificado, por mil motivos. Quien es homosexual, pues lo mismo, es así y punto, no hay que darle más vueltas, no es bueno ni malo, es que eres así.
Ahora bien, si alguien quiere denominarse autista, pues a mí me parece bien, es la libertad de cada cual, y eso no creo que haya que coartarlo, de la misma forma que la identidad de cada cual es suya, personal e intransferible, y debe ser respetada, que es algo que, lamentablemente no se hace. Dejen que me explique.
Veo como muchos niños que están en el espectro son forzados a realizar actividades que pensamos son fantásticas, ideales, que les ayudarán a socializar y a desarrollarse mejor, y en suma a ser lo más normales posible. Voy a poner un ejemplo con un deporte: El fútbol. Muchas familias quieren que sus hijos varones con autismo jueguen al fútbol y se esfuerzan mucho en que su hijo pueda participar de la actividad. Luego tu hijo es torpe a niveles cósmicos, no se entera nunca de que va el juego y aunque se esfuerza siempre es el más malo de todos.
Pensamos que es bueno, que le irá bien, que es inclusión, etcétera, y luego cuando son mayores dicen: Odiaba el fútbol con toda mi alma. Normal.
¿Somos conscientes de las cosas que hacemos hacer a nuestros hijos para que se incluyan? ¿Para que nosotros nos sintamos bien? Nuestro hijo no se siente bien, pero como ni pinta nada, ni decide, ni nada, pues que se joda y al fútbol. Este es un ejemplo, pero hay a cientos.
Es decir, desde que son niños no se respeta su identidad, es como si tu hijo desea hacer ballet, pero tú no le dejas porque eso es de niñas (O al revés, no quieres que tu hija haga fútbol porque es de niños, ya saben, los roles de género). Y esto va de eso precisamente, de identidad.
Y ser Aspie es una identidad, como ser gótico, algo que decides de forma libre, sin que haya presiones de nadie, sin que un psiquiatra haya decidido por ti lo que tú eres. Tienes una identidad diagnosticada, no escogida. Y por eso me encanta que el Asperger ya no sea una entidad diagnóstica. Es algo que puedes decidir libremente, no necesitas a Freud a tu lado para que decida lo que tú eres.
¿Se imaginan que para ir a las manifestaciones por el día del orgullo tuvieras que ir con un diagnóstico en la mano que diga que eres LGTBIQ?, ¿verdad que no? Pues eso, es una identidad, no un diagnóstico.
Yo desde hace muchos años he pensado que la persona va primero, que es lo básico, por eso hablamos de derechos humanos, somos seres humanos, y por eso yo recientemente he descubierto mi diagnóstico, tengo un Trastorno del Espectro Humano (TEH), y sí, a veces ando bien trastornado, o incluso enajenado, lo reconozco, a veces se me va mucho la cabeza. Y también estoy en un espectro, uno inmenso, y a veces parezco también un espectro (deberían verme por la mañana, asustaría al mismísimo Freddy Krueger), en muchas ocasiones sería una especie de attrezzo de peli de miedo, soy un espectro total. Pero, sobre todo, soy humano, con todo lo bueno y lo malo que esto conlleva. Pero, sobre todo, me permite algo, decidir libremente que considero que soy yo.
Por eso yo tengo un Trastorno del Espectro Humano (TEH), pero sobre todo yo soy humano, nada más. Para lo bueno, y para lo malo.
Porque cuando a mi alguien me ha preguntado cómo me autodefiniría, pues es bien complejo, porque realmente soy más raro que un perro verde. Tengo tendencia a obsesionarme, soy meticuloso, planificador, no me gusta compartir mi vida con nadie (en redes sociales soy poco atractivo obviamente, ni cuento mi vida ni me interesa la de los demás), totalmente insociable, aunque paradójicamente soy muy bueno socialmente, no me gusta la gente, aunque si pueda disfrutar y sea una máquina social. Pero además soy extremadamente pedante, desde que tengo uso de razón ya pensaba que toda la gente era tonta y me encargaba de forma sostenida en demostrarlo, de niño era absolutamente insoportable, avergonzaba a mis profesores delante de toda la clase, etcétera. Vamos, un amor de niño. En fin, y paro aquí que si no me pillarán más manía de la que ya me tienen.
Mucha gente me decía que yo tenía asperger, autismo, etc. Y yo siempre he dicho que no. De hecho, algunas de mis fortalezas van totalmente en contra del espectro, sobre todo a nivel social, ya les dije que soy bueno, otra cosa es que me guste estar con la gente, sobre todo, porque tal y como acabo de confesar, siempre pensé que la gente era tonta y me aburrían soberanamente. Sí, también pienso que a ti (que no sé quién eres) te falta un hervor cerebral, soy así, no lo puedo remediar. Pero en el fondo soy buena persona, o al menos lo intento.
Ahora todo es autismo, todos son autistas y si no, estás en el fenotipo, la cosa es poder ir dando gritos para dejar clara tu identidad diagnóstica, quizá el día que el autismo no sea un diagnóstico podamos ver las cosas de otra manera, yo hoy lo veo así, pero siempre, siempre, respetando las decisiones identitarias de todos, es una libertad que debemos preservar, y aunque yo no quiera una identidad diagnóstica, entiendo que hay gente que la necesite. Yo no, yo es que tengo un Trastorno del Espectro Humano (TEH) y soy más raro que un perro verde.
Pero ser raro, ser diferente, no ser “normal”, no significa que tengas autismo o que encajes en algún diagnóstico psiquiátrico, lo importante es que tengas claro quién eres ¿Y tú, tienes clara tu identidad?
https://autismodiario.com/2021/07/06/el-asperger-ha-muerto-viva-el-asperger/
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