18/02/2014 por: Santytp
El síndrome de Asperger comparte una característica esencial con el autismo: problemas para interactuar en sociedad. Sin embargo, algunos elementos diferencian a estos dos trastornos. Las personas que padecen el síndrome de Asperger descubren las habilidades del lenguaje desde niños, con su grupo de iguales, pero no comprenden bien su uso a nivel social. En cambio, las personas con autismo clásico sí tienen problemas para aprender el lenguaje. En este practicogramas descubrirás un poco más sobre cómo afecta este trastorno a las personas que lo padecen.
El síndrome de Asperger comparte una característica esencial con el autismo: problemas para interactuar en sociedad. Sin embargo, algunos elementos diferencian a estos dos trastornos. Las personas que padecen el síndrome de Asperger descubren las habilidades del lenguaje desde niños, con su grupo de iguales, pero no comprenden bien su uso a nivel social. En cambio, las personas con autismo clásico sí tienen problemas para aprender el lenguaje. En este practicogramas descubrirás un poco más sobre cómo afecta este trastorno a las personas que lo padecen.
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1 ¿Qué es el síndrome de Asperger?
El síndrome de Asperger es un Trastorno Generalizado del Desarrollo. Las personas que lo padecen conviven con él desde que nacen. Este síndrome genera dificultades de interacción social y problemas de comunicación y expresividad.
"Las personas con el síndrome de Asperger quieren socializar y tener amigos, pero cuando intentan establecer relaciones muchas veces se equivocan", explica Luis Miguel Aguilar, psicólogo de la Asociación Asperger Madrid. El problema de los que sufren este trastorno es que "no saben cómo interactuar con los demás". Por este motivo, en contra de su voluntad, la "soledad" suele acompañar a estas personas.
No existen estadísticas del número de casos a nivel mundial. A pesar de ello, el psicólogo Tony Attwood considera que una de cada 250 personas padece este síndrome ('Adults with Asperger’s Syndrome often go undiagnosed'). La Asociación de Madrid, por ejemplo, diagnosticó 36 nuevos casos durante el 2012.
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2 Una diferencia con el autismo.
El síndrome de Asperger se enmarca dentro del espectro autista. Los problemas de interacción social asemejan ambos trastornos. Existen diferentes categorías de autismo, pero a rasgos generales, la principal diferencia entre el autismo clásico y el síndrome de Asperger es el problema con el lenguaje.
"El 75% de las personas con autismo tienen algún tipo de retraso con el lenguaje", comenta Luis Miguel Aguilar de la Asociación Asperger Madrid. Las personas con autismo tienen problemas para comunicarse y algunos de ellos no llegan a desarrollar lenguaje. "La persona con Asperger aprende a leer y hablar perfectamente, pero tiene dificultades para utilizar esas herramientas en los entornos sociales", asegura este psicólogo.
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3 Una historia real: el caso de Jorge.
"Convivir con el síndrome de Asperger es una lucha diaria". María Cano es madre de un niño que sufre este trastorno. Jorge, de 14 años, fue diagnosticado de Asperger hace tres años.
Muchas familias descubren de forma tardía el síndrome debido a que no se conocen exactamente las causas médicas que lo origina. Tests psicológicos y entrevistas con las familias son cruciales para descubrir si se cumplen los parámetros de este trastorno.
En el caso de Jorge, María recorrió numerosos médicos hasta encontrar por fin el diagnostico correcto. "Me decían que mi hijo tenía celos de sus hermanos o que simplemente era vago", afirma. "Poner el nombre a las cosas te ayuda a comprenderlas, es importante que la gente conozca más sobre los Asperger", argumenta esta madre.
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4 Explicando un mundo diferente.
"Las personas con síndrome de Asperger no tienen ningún tipo de problema físico ni verbal que los identifique a primera vista", manifiestan desde la Asociación Asperger Madrid. Por este motivo, la sociedad muchas veces no sabe cómo reaccionar a su comportamiento. En apariencia son personas sin ningún tipo de problema.
"Muchas veces se las ha acusado de ser pedantes o maleducados", comenta el psicólogo Luis Miguel Aguilar. Los llamados 'aspies' utilizan un tono de voz monóntono y suelen ser muy precisos a la hora de hablar. "Muchos de ellos quieren ser perfectos a la hora de denominar las cosas. Esta hiperprecisión resulta extraña al resto de las personas", apostilla.
María Cano cuenta que las personas con Asperger "tienen una percepción diferente de nosotros". Tienen que acostumbrarse a un mundo que no entienden por qué es así. "Mi hijo no comprende por qué tiene que hacer un examen si en clase ya ha demostrado que se sabe el temario", subraya María Cano.
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5 Un círculo social fuerte pero muy cerrado.
La relación de los 'aspies' con su núcleo cercano suele ser muy buena. Sin embargo, a la hora de mostrar afecto, "siempre son ellos los que tienen que llevar la iniciativa", remarca María Cano. Besos y abrazos no son imposibles para las personas con Asperger, pero estos gestos deben salir de ellos y no de los demás. "Normalmente no les gusta que les toquen sin su permiso", comenta.
"Es difícil ganarte la confianza de una persona con Asperger, pero si lo logras, entras en su círculo para toda la vida", asegura María. Los 'aspies' se agobian en grandes grupos de gente. Ellos quieren "estar ahí", pero necesitan "su espacio".
Las comidas familiares son un claro ejemplo. Jorge, el hijo de María, asiste cada domingo a casa de sus tíos. "Necesita la seguridad de la familia y le gusta ir, pero rara vez se sienta en la mesa con nosotros", comenta su madre.
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6 Arqueología, informática, Japón y otros gustos particulares.
Otra de las peculiaridades del síndrome de Asperger son los gustos y aficiones de estas personas. Muchos de ellos aprenden de una de sus grandes pasiones: la lectura.
Dinosaurios, arqueología, relojes, informática, magia... son algunas de estas aficiones. El aprendizaje de por sí siempre es positivo, el problema es que, en ocasiones, generan problemas a las familias. "Tuve que instalar un detector de humos en casa porque Jorge empezó a fascinarse con las pócimas y los experimentos", cuenta María Cano.
Al final, estas familias van "aprendiendo sobre la marcha" a medida que conviven con el síndrome de Asperger. Las personas que padecen este trastorno intentan saber todo lo posible sobre temáticas concretas. El problema, según explica el psicólogo Luis Miguel Aguilar, es que "no siempre son útiles".
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7 El mercado laboral para las personas con Asperger.
El trabajo también puede suponer un hándicap para las personas con Asperger, aunque depende de cada caso. "Los trabajos de cara al público son más complicados", subrayan desde la Asociación Asperger Madrid. Según comentan, muchas de las personas que tienen este trastorno "trabajan mejor solos".
Por ejemplo, muchos de los 'aspies' son amantes de la informática. Un arma muy buena para encontrar trabajo. Un empleo que, además, suele efectuarse más en soledad.
Sin embargo, que no sean buenos de cara al público no significa que se les deba aislar. "Les gusta tener contacto con los demás, pero sin que se les obligue", subrayan en la Asociación.
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8 El síndrome de Asperger en televisión.
Aunque el síndrome de Asperger es bastante desconocido, poco a poco va a apareciendo en televisión. La serie 'Frágiles' de Telecinco mostró durante dos temporadas las características de este trastorno. Ruth Núñez fue la actriz encargada de dar vida al personaje de Lola, una chica que padecía este síndrome. Puedes ver todos los capítulos 'online' en Mitele.
Desde la Asociación Asperger Madrid comentan que esta serie "refleja bastante bien el síndrome". Eso sí, hay que entender que un solo personaje aúna todos los "clichés". La producción de Mediaset muestra un caso, pero cada persona es diferente. Lo mismo ocurre con el personaje Sheldon Cooper de 'Big Bang Theory'. "Es muy importante informarse bien para entender la problemática de las familias que conviven con este trastorno", manifiesta el psicólogo Luis Aguilar.
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