jueves, 29 de octubre de 2015

¿como entender la condicion sindrome de asperger? en todos los aspectos de la vida.

Cómo entender el síndrome de Asperger

Problemas de interacción social, falta de comunicación y expresividad caracterizan este trastorno

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Aun no se conoce cuál es la causa médica que origina el síndrome de Asperger. FOTO: © Wavebreak Media - www.photaki.com

18/02/2014 por: Santytp
El síndrome de Asperger comparte una característica esencial con el autismo: problemas para interactuar en sociedad. Sin embargo, algunos elementos diferencian a estos dos trastornos. Las personas que padecen el síndrome de Asperger descubren las habilidades del lenguaje desde niños, con su grupo de iguales, pero no comprenden bien su uso a nivel social. En cambio, las personas con autismo clásico sí tienen problemas para aprender el lenguaje. En este practicogramas descubrirás un poco más sobre cómo afecta este trastorno a las personas que lo padecen.

  1. 1 ¿Qué es el síndrome de Asperger?
    El síndrome de Asperger es un Trastorno Generalizado del Desarrollo. Las personas que lo padecen conviven con él desde que nacen. Este síndrome genera dificultades de interacción social y problemas de comunicación y expresividad.
    "Las personas con el síndrome de Asperger quieren socializar y tener amigos, pero cuando intentan establecer relaciones muchas veces se equivocan", explica Luis Miguel Aguilar, psicólogo de la Asociación Asperger Madrid. El problema de los que sufren este trastorno es que "no saben cómo interactuar con los demás". Por este motivo, en contra de su voluntad, la "soledad" suele acompañar a estas personas.
    No existen estadísticas del número de casos a nivel mundial. A pesar de ello, el psicólogo Tony Attwood considera que una de cada 250 personas padece este síndrome ('Adults with Asperger’s Syndrome often go undiagnosed'). La Asociación de Madrid, por ejemplo, diagnosticó 36 nuevos casos durante el 2012.
  2. 2 Una diferencia con el autismo.
    El síndrome de Asperger se enmarca dentro del espectro autista. Los problemas de interacción social asemejan ambos trastornos. Existen diferentes categorías de autismo, pero a rasgos generales, la principal diferencia entre el autismo clásico y el síndrome de Asperger es el problema con el lenguaje.
    "El 75% de las personas con autismo tienen algún tipo de retraso con el lenguaje", comenta Luis Miguel Aguilar de la Asociación Asperger Madrid. Las personas con autismo tienen problemas para comunicarse y algunos de ellos no llegan a desarrollar lenguaje. "La persona con Asperger aprende a leer y hablar perfectamente, pero tiene dificultades para utilizar esas herramientas en los entornos sociales", asegura este psicólogo.
  3. 3 Una historia real: el caso de Jorge.
    "Convivir con el síndrome de Asperger es una lucha diaria". María Cano es madre de un niño que sufre este trastorno. Jorge, de 14 años, fue diagnosticado de Asperger hace tres años.
    Muchas familias descubren de forma tardía el síndrome debido a que no se conocen exactamente las causas médicas que lo origina. Tests psicológicos y entrevistas con las familias son cruciales para descubrir si se cumplen los parámetros de este trastorno.
    En el caso de Jorge, María recorrió numerosos médicos hasta encontrar por fin el diagnostico correcto. "Me decían que mi hijo tenía celos de sus hermanos o que simplemente era vago", afirma. "Poner el nombre a las cosas te ayuda a comprenderlas, es importante que la gente conozca más sobre los Asperger", argumenta esta madre.
  4. 4 Explicando un mundo diferente.
    "Las personas con síndrome de Asperger no tienen ningún tipo de problema físico ni verbal que los identifique a primera vista", manifiestan desde la Asociación Asperger Madrid. Por este motivo, la sociedad muchas veces no sabe cómo reaccionar a su comportamiento. En apariencia son personas sin ningún tipo de problema.
    "Muchas veces se las ha acusado de ser pedantes o maleducados", comenta el psicólogo Luis Miguel Aguilar. Los llamados 'aspies' utilizan un tono de voz monóntono y suelen ser muy precisos a la hora de hablar. "Muchos de ellos quieren ser perfectos a la hora de denominar las cosas. Esta hiperprecisión resulta extraña al resto de las personas", apostilla.
    María Cano cuenta que las personas con Asperger "tienen una percepción diferente de nosotros". Tienen que acostumbrarse a un mundo que no entienden por qué es así. "Mi hijo no comprende por qué tiene que hacer un examen si en clase ya ha demostrado que se sabe el temario", subraya María Cano.
  5. 5 Un círculo social fuerte pero muy cerrado.
    La relación de los 'aspies' con su núcleo cercano suele ser muy buena. Sin embargo, a la hora de mostrar afecto, "siempre son ellos los que tienen que llevar la iniciativa", remarca María Cano. Besos y abrazos no son imposibles para las personas con Asperger, pero estos gestos deben salir de ellos y no de los demás. "Normalmente no les gusta que les toquen sin su permiso", comenta.
    "Es difícil ganarte la confianza de una persona con Asperger, pero si lo logras, entras en su círculo para toda la vida", asegura María. Los 'aspies' se agobian en grandes grupos de gente. Ellos quieren "estar ahí", pero necesitan "su espacio".
    Las comidas familiares son un claro ejemplo. Jorge, el hijo de María, asiste cada domingo a casa de sus tíos. "Necesita la seguridad de la familia y le gusta ir, pero rara vez se sienta en la mesa con nosotros", comenta su madre.
  6. 6 Arqueología, informática, Japón y otros gustos particulares.
    Otra de las peculiaridades del síndrome de Asperger son los gustos y aficiones de estas personas. Muchos de ellos aprenden de una de sus grandes pasiones: la lectura.
    Dinosaurios, arqueología, relojes, informática, magia... son algunas de estas aficiones. El aprendizaje de por sí siempre es positivo, el problema es que, en ocasiones, generan problemas a las familias. "Tuve que instalar un detector de humos en casa porque Jorge empezó a fascinarse con las pócimas y los experimentos", cuenta María Cano.
    Al final, estas familias van "aprendiendo sobre la marcha" a medida que conviven con el síndrome de Asperger. Las personas que padecen este trastorno intentan saber todo lo posible sobre temáticas concretas. El problema, según explica el psicólogo Luis Miguel Aguilar, es que "no siempre son útiles".
  7. 7 El mercado laboral para las personas con Asperger.
    El trabajo también puede suponer un hándicap para las personas con Asperger, aunque depende de cada caso. "Los trabajos de cara al público son más complicados", subrayan desde la Asociación Asperger Madrid. Según comentan, muchas de las personas que tienen este trastorno "trabajan mejor solos".
    Por ejemplo, muchos de los 'aspies' son amantes de la informática. Un arma muy buena para encontrar trabajo. Un empleo que, además, suele efectuarse más en soledad.
    Sin embargo, que no sean buenos de cara al público no significa que se les deba aislar. "Les gusta tener contacto con los demás, pero sin que se les obligue", subrayan en la Asociación.
  8. 8 El síndrome de Asperger en televisión.
    Aunque el síndrome de Asperger es bastante desconocido, poco a poco va a apareciendo en televisión. La serie 'Frágiles' de Telecinco mostró durante dos temporadas las características de este trastorno. Ruth Núñez fue la actriz encargada de dar vida al personaje de Lola, una chica que padecía este síndrome. Puedes ver todos los capítulos 'online' en Mitele.
    Desde la Asociación Asperger Madrid comentan que esta serie "refleja bastante bien el síndrome". Eso sí, hay que entender que un solo personaje aúna todos los "clichés". La producción de Mediaset muestra un caso, pero cada persona es diferente. Lo mismo ocurre con el personaje Sheldon Cooper de 'Big Bang Theory'. "Es muy importante informarse bien para entender la problemática de las familias que conviven con este trastorno", manifiesta el psicólogo Luis Aguilar.

domingo, 4 de octubre de 2015

claves para aprender nuevos idiomas

¿Has intentado mil veces aprender un idioma y no lo has conseguido? ¡Anímate a descubrir algunas claves para volver a intentarlo!

Los mejores consejos para aprender un idioma

Seguro que habrás visto el vídeo en que un joven habla muchas lenguas, demostrando que las domina y prácticamente sin pestañear al cambiar de una a otra. Él es Mathew Youlden y habla 9 idiomas de forma fluida, además entiende casi doce más. Este políglota sabe mejor que nadie cuáles son las claves para aprender un idioma. ¿Quieres conocer algunas?

1. Tener motivación

Búscate la que quieras, cada uno se motiva de una manera, pero búscate una buena motivación. Que quieres ligar con extranjeras, que quieres sentirte orgulloso de saber un idioma… ¡Todo vale!

2. Practica todos los días

No vas a aprender, si no practicas aunque sea 10 minutos al día.

3. Búscate compañeros de aprendizaje

Siempre ayuda practicar con otros compañeros. Te sientes identificado, más motivado… y puedes compartir tus logros e inseguridades.
compañía
¡Los viajes en compañía siempre son mejores!

4. Habla en el nuevo idioma

¡Sin miedo! Cuando lo pruebes, te hará un montón de ilusión ver que hablas ese otro idioma y que los demás te entienden.
alguien con quien hablar
Es interesante buscar con quien mantener conversaciones en esta nueva lengua y plantearse pasar una temporada entre nativos, ¿qué mejor forma de aprender?

5. Diviértete con el idioma

Juega, ve películas, lee algún cómic, aprende una canción, una receta de cocina… Lo que te guste pero en ese otro idioma. ¡Poco a poco te irás empapando de nuevas palabras, expresiones y de su sonoridad!

6. Acepta que te equivocas

No te desesperes. Poco a poco. Asume tus errores y continúa.
desánimo
Si te desanimas, nunca sabrás hasta donde puedes llegar.

7. Habla contigo mismo

Puede que te resulte ridículo, pero hablando contigo mismo no sentirás tanta inseguridad como si lo hicieras con otra persona y descubrirás, por ejemplo, qué vocabulario te falta y qué deberías repasar.
habla solo
Aprender un idioma, beneficia nuestra salud, ¡de verdad! Compruébalo:

Aprender un nuevo idioma… ¡Beneficia nuestra Salud!

1. Es una estupenda gimnasia mental.

Según Judith Kroll del Centro de Ciencia del Lenguaje de la Universidad de Penn State. Cuando hablamos otro idioma estamos ejercitando muchísimo nuestro cerebro o que nos ayuda a tener mayor facilidad para hacer varias tareas a la vez, trabajar en varias cosas al mismo tiempo. Nos volvemos más ágiles mentalmente y por lo tanto más ágiles para acometer varias tareas a la vez.

2. Adquirimos mayor plasticidad cerebral.

La University College de Londres llevó a cabo un estudio con 108 personas, 80 de ellas bilingües y se apreció cambios en el cerebro de las bilingües (plasticidad cerebral).
hombre
Estas personas se aprenden más fácilmente y desarrollan más memoria y mayor concentración.

3. Previene el Alzheimer

Una persona bilingúe no es que se haga inmune al alzheimer pero tienes menos probabilidades de padecerlo. En el caso de que ser propenso a padecer esta enfermedad una persona bilingüe tarda entre 4 y 5 años más que una monolingüe según los estudios de la American Association for the advancement of Science y según estudios de Ellen Bialystok, profesora de psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá).

4. Aunque seas mayor te beneficias de aprender un segundo idioma

En la edad adulta continúan los beneficios. Y si nunca nos ha dado por aprender un idioma, nunca es tarde porque ayuda a evitar la demencia, según Bialystok. Y es que cualquier cosa que nos ayude a ejercitar el cerebro por pequeña que sea es buena.
Si te gustan los artículos sobre idiomas puede que también te interese ¿Qué palabras predominan más en los idiomas? ¿Las tristes o las alegres?

 http://supercurioso.com/claves-para-aprender-nuevos-idiomas/

el lado siniestro de las personas inteligentes (vale la pena leerlo para los aspies y/o sus familias con la condicion)

el lado siniestro y oscuro de las personas inteligentes Es posible que al leer el título de este artículo, hayas pensado de inmediato que el término “oscuro”, se refería tal vez a un comportamiento peligroso, a algún tipo de trastorno donde pudiera aparecer la violencia o alguna conducta psicopática. Nada más lejos de la realidad.
El lado oscuro de las personas muy inteligentes, casi siempre está habitado por la tristeza, por un vacío existencial que rara vez ofrece una auténtica felicidad a las personas que, por lógica, más éxito social deberían tener. Y sin embargo, no parece ser así. De hecho recordarás, sin duda, el caso de William James Sidis, el hombre más inteligente del mundo pero también el más triste, del que ya te hablamos en Supercurioso. Un claro ejemplo de cómo, en ocasiones, una alta inteligencia no ofrece felicidad al corazón.
Descubramos cómo puede explicarse este curioso hecho.

Ser muy inteligente no significa saber tomar las mejores decisiones

Nos llama la atención. Habitualmente siempre pensamos que las personas con un CI muy alto son las que generalmente, mejores trabajos obtienen, los que más éxito deberían tener en la vida. Sin embargo, muchas veces nos encontramos en las aulas a niños con grandes capacidades intelectuales que no son reconocidos e incluso que son considerados como alumnos con “problemas”.
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Parece que el éxito social casi siempre se asocia a personalidades extrovertidas, pasionales, abiertas, con gran capacidad de diálogo, de atracción y superación personal. Sin embargo, según un estudio que se hizo ya en los años 50 y que nos ofreció unos datos que a día de hoy parecen seguir cumpliéndose, las personas que sobrepasan un CI de 170 se declaran infelices e insatisfechas. Según ellos mismos afirman, a lo largo de su vida no tomaron las mejores decisiones o bien confiaron en personas que finalmente no los apoyaron, o nunca se sintieron verdaderamente satisfechos por cómo era su vida.

Mayor inteligencia, mayor sensibilidad

Podemos observarlo en los niños. Aquellos alumnos con un CI elevado están pendientes de aspectos que van más allá de los que deberían tener los niños de su edad. Son muy sensibles a los problemas existenciales, parecen constantemente preocupados por temas que el resto ni tan solo perciben. Ello deriva, en ocasiones, en un rechazo social o en una sensación de “estar solos en el mundo”.
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Muchos expertos nos indican que los niveles de estrés y ansiedad en los que suelen vivir los niños con altas capacidades o superdotados, son comparables con los de un adulto con muchas responsabilidades.

A mayor inteligencia, mayores “puntos ciegos mentales”

Este aspecto resulta muy curioso. Keith Stanovich, es un profesor de la Universidad de Toronto, un hombre que ha pasado más de una década estudiando a las personas con altas capacidades intelectuales. Según él mismo nos explica, es muy frecuente encontrarnos con las siguientes dimensiones:
  • La capacidad de tomar decisiones de forma correcta no está relacionada con la capacidad intelectual. Es frecuente ver a personas muy inteligentes preocupadas por cosas aparentemente irracionales que, lejos de aportarles un beneficio, profesional, personal, material o emocional, les perjudica.
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  • Además, presentan lo que él llama “puntos ciegos mentales”. Es decir, a pesar de ser muy sensibles a temas existenciales, no son capaces de practicar una adecuada introspección, de valorar sus errores para enfocar las cosas de un modo más adecuado. Pueden hacer daño a los demás sin darse cuenta, es muy difícil ofrecerles ayuda cuando lo necesitan porque se ven a sí mismos “autosuficientes”. Es decir, se combina una compleja sensación donde el sentirse incomprendidos se suma, además, al no “saber aceptar ayuda”. Dimensiones que, Keith Stanovich, define como puntos ciegos mentales.

¿Qué es mejor? ¿Una alta inteligencia o una adecuada sabiduría?

Obviamente, no podemos decir que todas las personas con un CI muy elevado son infelices. No obstante, un gran porcentaje de ellos presentan problemas de depresión, ansiedad o una infelicidad que no saben muy bien cómo definir, como superar.
Igor Grossman, profesor de la Universidad de Waterloo en Canadá, nos dice que antes de focalizarnos en el valor de la inteligencia, las personas, deberíamos aprender en desarrollar un adecuado concepto de sabiduria, es decir, esa sencilla facultad para saber tomar las mejores decisiones, para saber cuidar mejor de nosotros mismos y de los demás, mediante una adecuada “Inteligencia Emocional”. 
intimidad felicidad
Los mejores sabios, no son siempre los genios de la ciencia o las matemáticas, también lo son todos aquellos que saben disfrutar de la vida con humildad y felicidad. Y recuerda, si te ha gustado este artículo, descubre también 10 rasgos que describen a los genios.


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