el lenguaje en el Asperger
La mayoría de autores que han estudiado el síndrome de Asperger coinciden en que no hay alteraciones en cuanto al nivel formal de su lenguaje. A pesar de ello, en el 25% de los niños diagnosticados de Asperger, el primer motivo de preocupación fue el desarrollo del lenguaje. ¿Qué les preocupó? ¿Podemos detectarlo pronto nosotros también?Característicamente las personas con Asperger NO tienen un retraso significativo en la adquisición del lenguaje. Las personas con Asperger siguen el mismo ritmo que la mayoría de niños:
- a los 2 años dicen palabras aisladas
- a los 3 años hacen frases comunicativas
- a los 5 años tienen un vocabulario extenso y un uso correcto de la gramática
Los aspectos semánticos y sintácticos del lenguaje están preservados.
El niño con Asperger tiende utilizar un vocabulario más avanzado de
lo esperado para su edad con una correctísima construcción sintáctica.Esto dificulta la detección de dificultades más sutiles como la comprensión de conceptos abstractos, de las relaciones entre palabras, o ser capaz de identificar la categoría de un vocablo.
En los niños con Asperger, como en el resto de los TEA, las palabras que designan conceptos abstractos resultan más difíciles de comprender porque no tienen un correspondiente físico. La frase “tengo la esperanza de que pronto llegue la paz al mundo” les puede resultar confusa.
También suele haber problemas para aprender los conceptos relacionados con el tiempo –hoy, ayer,mañana; primero, después, antes– y el espacio –aquí, allí, allá–.
Pero ¿qué pasa con el aspecto pragmático del lenguaje? He aquí el quid de la cuestión.
Trastorno pragmático del lenguaje en el Asperger.
Con pragmático nos referimos a como se usa el lenguaje teniendo en cuenta las circunstancias.Pues bien, TODAS las personas con Asperger tienen un trastorno pragmático del lenguaje, y estas son algunas de sus características más frecuentes:
El pequeño sabio.
A menudo se define al niño con Asperger como un sabelotodo o un pedante, esto es así por su vocabulario y por su peculiar prosodia. La prosodia marca la entonación y el ritmo adecuado de nuestras palabras para cada circunstancia.
El niño con Asperger tiene un vocabulario muy extenso y preciso, e incluso rebuscado y rimbombante, que utiliza por igual en todos los contextos sociales, también en aquellos más familiares e informales.
Además su discurso puede ser monótono, sin el tinte emocional que usamos para enfatizar nuestras ideas, o incluso con una inflexión impostada, artificial.
Fallan en ceder el turno de palabra y en seguir la conversación.
En una conversación el lenguaje corporal es tan importante como el hablado.
Al mirar a nuestro interlocutor, al hacer una pausa, un pequeño gesto para asentir, todo esto genera señales no tan explícitas como lo que decimos, pero que tienen una función de “marcador” que indica al otro que esperamos su reacción a lo que le acabamos de decir. Tras escuchar la última palabra de quien nos habla comprendemos que es nuestro turno. Y así sigue la conversación, de forma fluida y natural en un toma y daca de información que la va modulando y permite cambios de un tema a otro según va discurriendo la charla.
Cuando conversamos con un niño con Asperger observamos que le cuesta escucharnos e interpretar estas señales.
Muchos de estos niños desvían la mirada cuando les hablamos, sencillamente no pueden mirarnos y escucharnos al mismo tiempo –les cuesta integrar en el cerebro la información visual y auditiva–. Así no pueden atender a estos marcadores no verbales que emitimos al hablar. Además es frecuente que les resulte difícil descodificar las expresiones faciales.
Procesan la información de forma diferente y suelen seguir su propio hilo de pensamiento que se ve absorbido por sus temas favoritos.
Las consecuencias de todo esto es que el niño tiende más al monólogo que al diálogo.
Cuando la conversación gira sobre alguno de sus temas particulares de interés, da la impresión de que prescinde de su interlocutor para convertirse en el único que habla.
Y habla mucho, a veces con una verborrea incontrolada que llama la atención y resulta molesta a quien “comparte” su conversación.
Por el contrario, si la conversación no le interesa a menudo queda callado, absorto por los temas que sí son de su interés –pensando en sus cosas–. Entonces sus respuestas pueden ser cortas, parcas en palabras e inconexas con el contexto.
Es comprensible que le cueste cambiar de tema y que cuando lo hace no parece seguir ningún orden lógico.
Lenguaje literal.
Probablemente por las dificultades para asociar una idea a una palabra, cuando una persona con TEA consigue nombrar una idea, se “aferra” al vocablo y le cuesta mucho ver más de un significado o comprender un significado más amplio de esa palabra. Tienen un lenguaje rígido que dificulta los cambios y la fluidez.
En el lenguaje perfectamente formal de la persona con Asperger esto puede resultar más sutil. En general su vocabulario es mucho más extenso que el de otros TEA e incluso tienden al uso de palabras o frases rebuscadas por lo que las dificultades son más difíciles de detectar.
La clave está en darse cuenta de que su lenguaje es literal. Tanto en la comprensión como en la expresión.
Por ejemplo, la palabra aquí puede referirse a la mesa en la que estoy sentada, la habitación, la casa o incluso la ciudad o el país. Dependerá del contexto de la conversación. Algunos niños interpretan “aquí” como el entorno más cercano y hay que explicarles mejor que ese “aquí” puede extenderse en el espacio a nuestra conveniencia.
Las metáforas, los dobles sentidos, la ironía, los significados implícitos o las formas de cortesía pueden ser malinterpretadas por un niño con Asperger. Afortunadamente cuando se le explican suele aprenderlas rápidamente.
Por la misma razón las clarificaciones les resultan confusas. Por ejemplo un profesor en clase de secundaria que explica un concepto nuevo y complicado utiliza diferentes recursos para asegurarse la comprensión. Repite lo mismo con un giro de la frase, cambia la forma en la que expone las ideas o repite varias veces la explicación. Para un niño con Asperger esto puede ser aún peor que una explicación única complicada.
Cuando es él el que intenta explicar una idea compleja, se encuentra con las mismas dificultades, la falta de recursos conversaciones hace que no siempre entendamos bien lo que quiere decirnos.
en resumen
Las personas con Asperger presentan dificultades en el lenguaje que en una primera impresión pueden pasar desapercibidas o ser tenidas por rarezas. Esto hace que se retrase su diagnóstico y que no pueda darse la intervención pedagógica adecuada para su mejor desarrollo como personas y que facilite su integración social.Conocer estas peculiaridades es sin duda de ayuda, especialmente para profesionales de la salud y de la educación. Incluso me atrevería a afirmar que explicárselas al propio interesado puede ayudarle a comprender mejor qué es lo que dificulta su interacción con los demás.
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↬ 2016 © mj mas
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Gráficos: “infografía Asperger”, “diferencias autismo y Asperger”, todos por © mj mas.
Bibliografía:
- Bishop DV – “Autism, Asperger’s syndrome and semantic-pragmatic disorder: where are the boundaries?” – Br J Disord Commun. 1989 Aug;24(2):107-21.
- Bishop DV – “Autism and specific language impairment: categorical distinction or continuum?” – Novartis Found Symp. 2003;251:213-26.
https://neuropediatra.org/2016/02/15/el-lenguaje-en-el-asperger/