jueves, 24 de agosto de 2017

¿Cómo tener una buena comunicación con un adulto asperger?

¿Cómo tener una buena comunicación con un adulto asperger?


comunicación 
Las personas con asperger tienen algunas diferencias en la interpretación y el uso de la comunicación, tanto hablada como gestual. Conociendo esas diferencias y teniéndolas en cuenta, se puede lograr una buena comunicación. Si bien cada persona es diferente, a continuación detallaré algunas reglas generales.
  • Necesitan literalidad: si usted le dice algo de manera indirecta, o da por hecho que con decirle solo una parte de la información de lo que usted piensa, la persona con asperger deducirá el resto, tal vez no se esté comunicando de la manera más efectiva. Trate de poner sus deseos y pensamientos en palabras directas. Por ejemplo: si usted estuviera pasando un mal momento y quisiera su compañía, con describirle la situación la persona con asperger tal vez no comprenda que usted espera que lo acompañe, inclusive en situaciones que puedan resultarle obvias. Olvídese que existen las obviedades, lo que para usted es obvio, para él tal vez sea tan dificultoso como deducir solo con su pensamiento qué número saldrá a la quiniela el domingo. Simplemente, es una información que su cerebro tal vez no capte, y nada tiene que ver con la atención que le intente prestar, o la consideración que le tenga.
Si quiere comunicar algo y ve que no fue captado, recurra siempre a palabras directas y claras. A veces la comunicación escrita pueda resultarles más fácil, ya que no se construye en base a gestos y supuestos.
  • Percepción sensorial diferente: tal vez la persona con asperger tenga algunas diferencias en su forma de percepción, por ejemplo, puede llegar a ser más o menos sensible a los sonidos, al tacto, a los olores que otras personas, y por ese motivo a veces pueden llegar a evitar esos estímulos, o necesitarlos de manera limitada.
  • Pueden llegar a valorar mucho la soledad: necesitan sus momentos de soledad y de hundirse en sus pensamientos, como si fuera una válvula de escape. Y cuando hay alguna situación que les genere ansiedad, más aún necesitan de esos momentos de conversación interna.
Por ese motivo es que si alguien de su entorno estuviera angustiado, es posible que en vez de abrazarlo, la persona con asperger tienda a dejarlo solo. No se trata de un abandono o falta de interés, se trata de que le está dando lo que él considera que se necesita en una situación semejante. Le repito, si quiere su compañía, solo necesita pedirlo.
  • Tal vez cada vez que se repita una situación similar usted deba poner en palabras algo que ya dijo anteriormente, y se pregunte por qué, si en otra ocasión usted manifestó su necesidad, la persona con asperger tiende cada vez a actuar del mismo modo. Es simple, porque cada uno es como es más allá de cualquier razonamiento, y es probable que del mismo modo que él no capta cada vez que usted necesita su presencia, usted no capte todas las veces que él necesita soledad o silencio, o cuando él necesita que no lo invadan sensorialmente.
  • Tienen un uso diferente del tono de voz, la postura y los gestos: es posible que para la mirada externa su forma de hablar o sus gestos no sean acordes a la situación. Tal vez desde afuera puedan aparentar estar molestos cuando están de buen humor, pueda parecer que otra persona no les cae bien cuando en realidad les simpatiza, o que hablaran desde la pedantería, cuando en realidad es su manera de hablar cotidiana, y sin mala intención alguna. Trate de no ser susceptible a esos indicadores externos, porque tal vez no sean verdaderos marcadores de su actitud interna. Y si tiene dudas al respecto, seguramente la persona con asperger no tome a mal que se lo pregunte de manera directa, y por el contrario, agradezca la posibilidad de explicarle.
  • Empatía diferente: no es que la persona con asperger sea insensible a lo que lo rodea, ni mucho menos. Es que por esa percepción diferente de lo que se le comunica, sumado a que sus preocupaciones pueden diferir de las más comunes en otras personas, a veces pueden no comprender el motivo de preocupación que genera cierta situación en otra persona, cuando a ellos esa misma situación no le generaría el mismo sentimiento —y, en cierta medida, ¿eso no nos pasa a todos? Sin ir más lejos: ¿no siente usted que no puede ponerse en el lugar de la persona con asperger, cuando a esta le causan ansiedad situaciones para usted cotidianas?—. Para dar un ejemplo, puede ser cotidiano para otra persona preocuparse por el tono de voz con que le hablaron, o por cómo la miraron, y eso para la persona con asperger puede resultar difícil de entender, porque tal vez no percibe esas pequeñas variaciones en el tono de voz que a otros puede llevar a una pelea, y que para él son insignificantes. Pero cuando la causa es algo que atraviesa su percepción empática, por más que sea una situación que nunca hayan vivido personalmente, pueden llegar a tener un sentido de justicia y solidaridad muy profundo.
  • Distinta apreciación de las convencionalidades sociales: muchas veces pueden no comprender algunas convencionalidades sociales, del porqué se hacen, o el porqué no deberían hacerse o decirse, siendo que no genera daño a nadie, y son actos que se realizan solo por cuidar las apariencias. Sin embargo, sí adoptan con convicción reglas que de no ser cumplidas agravian a la otra persona, posicionándose inclusive en defensa de quien pueda ser agraviado, aun siendo una persona externa a su entorno cercano.
La persona con asperger pasa su vida intentando aprender y adaptarse al mundo neurotípico. Desde muy pequeño le dicen cómo debería ajustar sus acciones a ese mundo. No está de más que el trabajo de comprensión y adaptación venga desde ambos lados, y poder encontrarse en un punto intermedio que resulte cómodo para todos